28/10/2021
No se trata de sustituir la labor humana, sino de complementarla con aquellas tareas de diseño y construcción más complicadas para los humanos.
Actualmente ya podemos encontrar varios tipos de robots en el mercado de la construcción. Por ejemplo, aquellos cuya función escolocar ladrillos, los especializados en fachadas, pudiendo proyectar aislamientos o aplicar pintura, y otros que materializan la obra mediante impresiones 3D.
En el caso de los primeros, se puede llegar a conseguir la colocación de hasta 1000 ladrillos por hora, aumentando por 6 la rapidez de las obras tradicionales.
A esto hay que añadir la precisión constante que el ojo humano no siempre puede alcanzar.
Esta precisión que los caracteriza, hace posible que de la unión de robots con herramientas digitales puedan surgir nuevas formas y entramados que serían muy complejos de alcanzar sin estas tecnologías automatizadas.
Por ejemplo, en marzo de este año, dos robots industriales fueron utilizados para construir una bóveda de 7 pies de altura, 12 de ancho y 21 de largo, usando 338 ladrillos de vidrio.
En la ETH de Zurich, un equipo de investigación ya ha llevado a cabo la construcción deviviendas modulares de madera de tres pisos utilizando robots, como se puede ver en el siguiente vídeo.
Respecto a las impresoras 3D, su función suele ser la creación de piezas de construcción prefabricadas, pudiendo realizarlas in situ e incluso siendo capaces de ensamblarlas.
También pueden ser usadas para la creación de mobiliario o incluso para realizar fachadas, como es el caso del Museo Alemán de Munich. Su fachada fue creada por una impresora 3D, dotándola de cualidades relacionadas con la ventilación, el aislamiento y el control de la luz entrante.
Fuente: www.fuencarmona.com