Latinoamérica Constructora
El prestigioso MoMA en Nueva York muestra la creatividad de la región en materia de construcción.
17/07/2015
Por primera vez en 1955 el MoMa realizó una muestra de arquitectura latinoamericana y actualmente se enfoca en el mismo tema con un panorama de los siguientes 25 años (1955 a 1980) que incluye 800 proyectos de 15 países. La exhibición presenta una historia del modernismo a través de un riquísimo material que abarca dibujos, planos, fotos de la época, clips de cine y maquetas de obras icónicas, algunas elaboradas para la ocasión.
Los arquitectos incluidos manifiestan extraordinarias cualidades de creatividad formal, urbanística y programática, además de libertad imaginativa para responder con extrema variedad a los retos que exigía el rápido crecimiento urbano. La muestra alude al cambiante contexto social y político bajo el título acertado de América Latina en construcción, indicando que la arquitectura produce más que edificios: construye comunidades, bienestar, estabilidad, prosperidad e intenta concretar utopías de un futuro mejor. Fue una época de cuestionamiento sobre desarrollo, progreso y modernización que se refleja en una intensa creatividad a pesar de violencia y limitaciones económicas.
El preludio presenta el comienzo del modernismo en las décadas anteriores enfatizando la importancia de las ciudades universitarias en varios países en la introducción de corrientes locales; se hace evidente la poderosa influencia de figuras como Mies van der Rohe, Walter Gropius y Le Corbusier -quien realizó varios viajes comenzando por el Cono Sur en 1924-.
Se dedica área especial a obras de Oscar Niemeyer y Lucio Costa, en Brasil, siendo los más reconocidos exponentes del modernismo en el continente; hormigón armado, primer piso sobre pilotes, transparencias y diseños escultóricos harían parte de la geometría primaria del diseño urbanístico y edificios de la construcción de Brasilia. Contrasta la obra menos conocida hasta ahora y de tendencia más sencilla y cálida de Lina Bo Bardi, a quien se le exalta por sus diseños humanos y enfoque más social, catalizador de interacción comunitaria, además del aprovechamiento de recursos escasos, como en su 'Casa de vidrio' o el emblemático Museo de Arte de São Paulo, 1957, que pareciera flotar sobre una plaza.
En México las obras de Juan O'Gorman, como la Biblioteca Central de la Ciudad Universitaria (1952), expresan un carácter nacionalista que integra arquitectura con artes plásticas y hace gala de orgullo indigenista al retomar elementos precolombinos como el uso de relieves y mosaicos de piedra; posteriormente, Luis Barragán también efectúa una reinterpretación de la cultura mexicana utilizando sus fuertes colores populares y luciendo materiales naturales en sus formas minimalistas.
En Cuba la aceptación de estilo internacional, que ya era evidente en la época de Batista, dio paso a regionalismos modernos; después de la Revolución, sobresalen las Escuelas Nacionales de Arte de la Universidad de La Habana, de Ricardo Porro y Vittorio Garatti, como la Escuela de Medicina de Santiago por Rodrigo Tascón que reflejan las prioridades concedidas a salud y educación en el nuevo régimen.
En Chile Emilio Duhart construyó con Cristian de Groote la sede de la Cepal, 1966, edificio de monumentalidad y simbolismo institucional, adaptado a la majestuosa topografía andina. De la misma década se destaca la iglesia del monasterio de Santísima Trinidad de las Condes, realizada por los monjes benedictinos Gabriel Guarda y Martín Correa, la cual impresiona por su morfología ondulante y el uso de la luz natural como protagonista. Es peculiar que en ese país las ideas del modernismo se habían introducido en parte por influencia literaria; después del terremoto de 1939, la facultad de la Universidad Católica de Valparaíso emergió como centro radical caracterizado por su visión poética: su proyecto en la vía costera, liderado por Alberto Cruz y el poeta Godofredo Iommi, comprendió fundar una comunidad experimental, la Ciudad Abierta, evento en 1970 acompañado de rituales y performances y de declarar a Santa Cruz de Bolivia, capital poética de América Latina.
De Uruguay se destacan las iglesias rurales, rústicas y austeras de Eladio Dieste; la de Cristo Obrero de la Atlántida -con título en consonancia con las tendencias sociales de la teología de liberación latinoamericana- realizada en ladrillo, evoca la francesa de Ronchamp en sus formas ondulantes. De tendencias contrastantes con las anteriores obras, en Argentina, Clorindo Testa desarrollaría en el edificio del Banco de Londres, 1959, un nuevo lenguaje brutalista que expresaba los rasgos ásperos de los materiales en bruto, en este caso hormigón armado.
En Venezuela, el pionero y figura más distinguida, Carlos Raúl Villanueva, diseñaría el gran proyecto de la Universidad Central e invitaría a Calder para complementar su aula magna con una gran escultura-móvil 'Nubes acústicas', 1952, y Jesús Tenreiro haría un edificio con interesantes juegos de sombras y transparencias para la Corporación Venezolana de Guayana, 1966.
No obstante la variedad de icónicos edificios institucionales y corporativos, la exhibición recalca los proyectos de vivienda social a bajo costo, imprescindibles para la época. Uno de los más impresionantes es Previ en Perú (Proyecto Experimental de Vivienda de Lima) coordinado por el británico Peter Land, quien en 1968 invitó a 26 arquitectos -mitad peruanos y mitad extranjeros- a participar en el diseño de 1.500 casas a lo largo de la Carretera Panamericana. Este programa piloto para el mundo en desarrollo, apoyado por el PNUD, presentó multiplicidad de trazados alternativos a la tradicional supercuadra que se constituía en unidad vecinal tradicional.
El colombiano Germán Samper, con la firma Esguerra, Sáenz y Urdaneta, fue el único latinoamericano participante, debido a sus ya notables proyectos de conjuntos habitacionales como el de autoconstrucción en el barrio La Fragua, 1960, cuyas casas rodeadas de vías peatonales permitían acomodar una tienda o taller; posteriormente, realizaría también el conjunto Ciudad Real de Minas de Bucaramanga, 1977. Están presentes al lado de otros conjuntos como el Barrio del Polo, 1960, de Guillermo Bermúdez y Rogelio Salmona, el conjunto de vivienda social de San Cristóbal, 1964, de Hernán Vieco y Salmona, barrio Veraguas de Fernando Martínez y otros en el Quiroga y Los Alcázares, financiados por Instituto de Crédito Territorial y el Banco Central Hipotecario.
Un área especial se dedica a casas individuales por arquitectos, donde podían expresarse con libertad. De Colombia se destacan quienes en una tendencia orgánica defendieron una arquitectura ligada al lugar y el uso de materiales vernáculos como el ladrillo, según el modelo del finlandés Alvar Aalto; se exhiben casas de Guillermo Bermúdez en Bogotá y Medellín, de Martínez Sanabria -de techos empinados y suaves curvas, en técnicas de construcción tradicionales, como vasijas de cerámica se adaptan al desnivel de la montaña- y de Rafael Obregón.
En esta categórica muestra se destaca la participación de Colombia que desde los cincuenta -a pesar de la violencia- tuvo una época dorada: ya en 1951 la revista Proa incluía un extenso listado de obras de asombrosa calidad. La vitalidad creativa se debatía entre dos tendencias; por una parte el funcionalismo racional, internacional, donde son dominantes los materiales y la tecnología industrial; por otra, la corriente orgánica que fusiona el espacio privado y público, que se sustenta en tradiciones locales y que se adapta al contexto urbano histórico y al paisaje.
A pesar de que había debate y ejemplares de ambas tendencias, los proyectos a veces sintetizaron elementos de ambas. Samper y Salmona estudiaron con Le Corbusier; sin embargo, Samper se afilió más al funcionalismo internacional y Salmona abogó por una arquitectura más ligada al contexto local.
La exhibición cierra con dos proyectos del argentino Armando Williams, donde se expresa al extremo el deseo utópico inherente -construir un mundo mejor- de la labor visionaria del arquitecto: la Ciudad para la Antártica y la Ciudad que necesita la Humanidad.
NATALIA VEGA
Fuente: http://www.eltiempo.com/lecturas-dominicales/lecturas-dominicales-exposicion-de-arquitectura-latinoamericana-en-el-moma/15969555