Visita a Japón: Una experiencia de calidad
En una de mis visitas a empresas japonesas en el “País del Sol Naciente”, viví una experiencia singular de Gestión de Mejoramiento de la Calidad. Era una compañía de unos 100 trabajadores, del área metalmecánica, dedicada al diseño y fabricación de piezas de precisión.
11/04/2019
Autor:
Gerente de Gestión de Calidad
HH Ingeniería
Constructor Civil
Experto en Prevención de Riesgos
Master en Administración de Empresas
Auditor Normas ISO-9001, ISO-14.001 e ISO-45.001
Mail: nberriosv@gmail.com
www.girodeconciencia.blogspot.cl
Viajamos en el "Tren Bala" desde Tokio a Kioto, a casi 300 km/h. Dentro del Shinkansen (el nombre en japonés del "Tren Bala"), uno puede ir tomando una taza de té, sin que caiga una sola gota al plato. Una maravilla de tecnología, sofisticación y comodidad, que en toda su historia nunca ha tenido un accidente.
Ya en la empresa y en la Planta de Producción, unas 40 máquinas con su respectivo Operador, que además de realizar su labor, las mantenían impecables, sus alrededores y accesos totalmente libres, limpios y despejados. Me acerqué con el traductor para conversar con uno de ellos y le consulté sobre el proceso de fabricación.
Le señalé una pieza en particular de su maquinaria que me llamaba la atención y luego de escuchar mi inquietud, me explicó detalladamente su funcionamiento. Se refirió al proceso que ejecutaban y que él había participado en un Equipo de Mejoramiento para abordar precisamente ese punto crítico de la maquinaria, pues habían detectado algunos riesgos importantes en el proceso de fabricación.
Me sorprendió el dominio que tenía de su trabajo y de cada una de las actividades que lo componían, su lenguaje técnico, directo y sencillo. Se notaba en él un compromiso total con lo que hacía y un conocimiento de su aporte al proceso global. Le agradecí su explicación y después de algunas reverencias, continué visitando la Planta de Producción. Un momento después, al Jefe de Planta le comenté lo dicho por el trabajador y me llevó a un costado de la fábrica donde estaba reflejado todo el estudio de mejoramiento que había realizado ese grupo de trabajadores.
Me sorprendió ver una parte de una máquina, pero esta vez colgada desde el techo, sujeta con cadenas, distinguiendo con colores las proposiciones de mejoramiento, a la altura de la vista de cualquier trabajador, para que se observara desde todos los ángulos. En una pizarra estaba indicado a mano, el análisis de riesgo en un diagrama de Ishikawa, sus posibles efectos, las medidas acordadas, sus costos y una programación para llevarlo a cabo. Todo estaba aquí en la Planta de Producción, un análisis realizado por trabajadores, sobre su propia maquinaria, utilizando herramientas que nosotros las aprendemos en Diplomados u otros cursos especiales, aplicadas de manera precisa y sencilla.
Entrevisté a otros trabajadores sobre su participación en otros Equipos y que me explicaran el cómo habían llegado a sus resultados o en qué etapa estaban de su Mejoramiento. Era como una colmena, cada uno trabajando en lo suyo, pero con total conciencia del trabajo conjunto y de la importancia que esto tenía para los resultados finales. El cumplimiento de los objetivos de la organización es la meta suprema, pareciera que todo está estudiado para lograr una alta productividad y la excelencia en todo lo que se hace, no importando mucho los costos personales que esto conlleve. Es una cultura acostumbrada al sacrificio personal y al autocontrol extremo de los actos y emociones personales, con el fin de sacar adelante a la familia, a la empresa y a la nación.
En cada cultura podemos encontrar "debilidades y fortalezas", por tanto la cultura japonesa tiene a mi juicio grandes fortalezas, pero también posee grandes debilidades, que se analizarán posteriormente.
Era algo extraño para mí, ya que no tenía ninguna relación con lo que he visto en mi país. Esto era como una fábrica-escuela-club o algo compuesto de muchas cosas, donde se mezclaba el trabajo profesional, con aprender y compartir apasionadamente algo que les importaba a todos. Externamente no había ninguna diferencia entre un trabajador y el Jefe de la Planta o el Gerente General, tampoco había separadores entre las oficinas. Todos juntos y trabajando como equipo. Definitivamente, salí de ahí con la impresión de haber visitado una colmena de abejas o algo parecido. Muchas veces había leído los métodos japoneses de mejoramiento continuo, pero nunca me imaginé el nivel de análisis y dominio que los trabajadores pueden llegar a tener de los procesos de trabajo y de la aplicación de herramientas de gestión.
Lo que viví en esta empresa, lo volví a ver en todas las empresas visitadas y en distintos rubros, desde empresas constructoras hasta empresas de alimentos, automotrices, de servicios, eléctricas, de cámaras fotográficas y videos grabadores, Metalmecánicas, fábricas de CDs, fábricas de hélices, o centros deportivos.
La Calidad está en el alma japonesa.