¿Por qué se requiere la Inspección Técnica de Obras?
Es curioso, pero una simple investigación a través de la red, permite comprobar que en el resto del mundo no intervienen profesionales que cumplan el cometido de ITO tal como lo tenemos en Chile.
31/05/2018
Autor:
Luis R. Peña
C. Civil. ITO Supervisor. Docente Universitario.
En efecto, en algunos países latinoamericanos existen profesionales que supervisan obras de construcción solo en los proyectos que involucran recursos públicos. Es lo que sucede en Venezuela, en el Perú o en Colombia, en este último caso el servicio se conoce como “interventoría”, en los que la función del Inspector técnico o interventor está referida exclusivamente a los aspectos técnicos de los proyectos, sin involucrarse en materias de tipo administrativas o de gestión. Menos aun en la revisión o coordinación de proyectos, procesos de licitaciones o de peritajes especializados.
En el caso de Costa Rica, por ejemplo las grandes empresas constructoras disponen de profesionales que realizan inspecciones como parte de sus propios procesos de control o aseguramiento de la calidad y donde los proyectistas deben cumplir las exigencias dispuestas por sus respectivos Colegios Profesionales, cuyos reglamentos orgánicos, además de establecer las correspondientes responsabilidades, les obligan a supervisar periódicamente la ejecución en terreno de sus proyectos. No hacerlo les expone a sanciones e incluso a la perdida de la membrecía. Finalmente en España existe un servicio denominado ITE, Inspección Técnica de Edificios, que aplica para certificar en las construcciones de altura con más de 10 años de vida cumplen determinados requerimientos legales para su continuidad de uso.
En nuestro país, la transformación de los Colegios Profesionales – de adscripción obligatoria y controlada hasta 1981 – en Asociaciones Gremiales voluntarias, liberó a los proyectistas de la obligación de controlar la correcta ejecución de sus diseños, dejando tan importante variable a la voluntad de los ejecutores. Si bien las empresas constructoras han realizado importantes esfuerzos por implementar sistemas de calidad, factores como la velocidad de construcción – “tenemos que entregar un piso semanal en obra gruesa” – provocan ciertos relajos durante la ejecución los que se transforman en mayores costos y plazos, por trabajos “re-hechos”, demoliciones, reparaciones e interminables reclamos de post venta. Adicionalmente, numerosos estudios realizados post terremotos, han revelado notorias fallas por falta de supervisión durante el proceso constructivo, las que originaron daños que pudieron evitarse si hubiere existido mayor rigor en el control durante la construcción.
La presencia de los ITOs en Chile ocurre luego que desaparecieran los colegios profesionales del sector (arquitectos, ingenieros, constructores civiles), dejando libertad absoluta a proyectistas y constructores el proceso de supervisión en las obras. A su vez, en los proyectos inmobiliarios privados, las primeras referencias de la ITO aparecen a fines de los 80’s, aunque en un rol de asesoría externa para el control y seguimiento de avances y cobros en los estados de pago. El MINVU también crea la figura del ITO fiscalizador que se asigna a las obras que se construyen con recursos estatales a través del denominado sistema de subsidio habitacional.
En el caso de las demás obras públicas, específicamente de infraestructura tales como vialidad, aeropuertos y otras en las que está presente la figura del Inspector Fiscal, con funciones, atribuciones y responsabilidades claramente establecidas en el Reglamento de Contratos de dicha cartera, de mayor envergadura que las de los inspectores técnicos que intervienen en los proyectos habitacionales del Estado.
Los inspectores técnicos han estado presente desde 1980 en adelante, en numerosos proyectos privados, prestando un reconocido servicio de asesoría a los desarrolladores inmobiliarios en materias de gestión administrativa, en las licitaciones y en la construcción de viviendas y edificios residenciales, corporativos, comerciales entre otros, dando origen a una especialidad de la ingeniería en construcción que se ha consolidado en la industria, pasando a formar parte indispensable en todo tipo de proyecto inmobiliario. En tal contexto, los profesionales independientes y las empresas de ITO han incorporado diversas especialidades en su oferta de servicios, incluyendo en la actualidad variadas asesorías, tales como en la coordinación de proyectos, en eficiencia energética, en el gerenciamiento de los proyectos, peritajes y consultorías de pre y post venta.
La relación entre la inspección técnica y los demás agentes del proceso constructivo, esto es mandantes, proyectistas y empresas constructoras ha sido eficaz y fluida; todos reconocen el aporte proactivo de la ITO, por la experiencia, conocimientos y habilidades puestas al servicio de las obras para hacer más expeditos todos los procesos vinculados a la gestión integral de las obras, actuando con profesionalismo y objetividad jamás cuestionada. No obstante, en noviembre de 2013, se promulgó la ley 20.703, que crea el Registro Nacional de ITO, cuyos objetivos son establecer regulaciones precisas para los profesionales que cumplirán el cometido de inspectores técnicos de obra, los que deberán cumplir, según dictamina dicho instrumento legal, con determinados requisitos y cuya principal responsabilidad será la de verificar la correcta ejecución técnica de las obras.