Artículo técnico

Nuestra idiosincrasia poco preventiva: De contingencia en contingencia.

El Plan de Calidad habitualmente es un documento del Sistema de Calidad de una empresa que se gestiona a través de la filosofía o estrategia de la Calidad.

Nuestra Idiosincracia poco preventiva

14/05/2018

Autor:
Nelson Berríos Villagra
Gerente de Prevención de Riesgos
HH Ingeniería
Constructor Civil
Experto en Prevención de Riesgos
Máster en Administración de Empresas
Auditor Normas ISO-9001 y OHSAS 18001
Mail: nberriosv@gmail.com
http://www.girodeconciencia.blogspot.cl


Chile es un país que por éstos y otros aspectos, específicos de su realidad como nación,  ha vivido muchas catástrofes naturales y otras atribuibles  a  nuestra propia responsabilidad.  Se supone que con todos esos eventos dolorosos sufridos a lo largo de su historia (algunos de importancia mundial) el resultado ha sido un aprendizaje profundo y cambios reales en la forma de hacer las cosas, pero no… En general se toman medidas reactivas, superficiales, sin cambiar el fondo y luego olvidamos el hecho…Y vamos a otra “contingencia”. Somos más dados a reaccionar, evadir la responsabilidad y organizar ayudas solidarias  post siniestro (que son necesarias, pero no atacan el fondo), que  a implementar sistemas  efectivos de Prevención  de Riesgos, para no repetir la historia.


Desafortunadamente, todos los años en Chile las noticias parecen copiadas de años anteriores, pese al dolor y a las millonarias pérdidas que generan los accidentes. 


No se puede desconocer que se ha avanzado  a lo largo de los años (“a punta de golpes brutales”), pero es absolutamente desproporcionado a la multitud de riesgos  de accidentes que  geográficamente  poseemos  como país , a los  generados por nuestra  abusiva sociedad de consumo   y a los que hemos creado  por cuenta propia, con nuestra particular manera de ser.


¿Por qué no se proporcionan los recursos necesarios para crear una Cultura Preventiva desde la infancia?, ¿Por qué no se educa permanentemente en esa dirección, usando los medios de comunicación y en todas las instancias diarias?, ¿Por qué no se  controla y/o fiscaliza de manera efectiva a las entidades y empresas correspondientes? ¿Por qué en Chile tienen que suceder las emergencias o desastres una y otra vez para luego que ocurren, intentar tomar medidas y derivar recursos, que habitualmente no son correctamente administrados? ¿De dónde viene esa mentalidad si nuestra accidentada geografía nos entrega diariamente señales de que hay que ser preventivo? ¿Por qué cuesta tanto hacer cumplir las leyes, decretos, ordenanzas y demás regulaciones de nuestro ordenamiento jurídico? Me pregunto finalmente… ¿De dónde viene tanta indolencia histórica que pese al dolor humano y las incalculables pérdidas económicas, sigamos actuando frente a eventos repetitivos  o similares sin  la correcta Prevención?
El tipo de cultura de un país, es la base de su  desarrollo  integral. De hecho, históricamente los pueblos más avanzados, siempre han  tenido una elevada cultura preventiva. Es símbolo de madurez.


Los especialistas señalan algunos aspectos negativos generales de nuestra sociedad chilena que dificultan la creación de una Cultura Preventiva  (son tendencias a determinadas actitudes y conductas de la mayoría de la población que han ido cambiando a través del tiempo).
No quiere decir que todos poseemos todas estas características, ni que están presente todo el tiempo, ni que son inmutables, ni tampoco que están en el mismo grado, sino que se aprecian lamentablemente algunas, y son comunes en el diario vivir. Más de alguna las va a poder reconocer en usted y/o en algún cercano.

Algunas de estas características generales son: 

  • Mentalidad reactiva, cortoplacista y astuta.
  • Poco dados a la planificación y al análisis desinteresado de las causas de los problemas.
  • Se enfrentan los conflictos de manera explosiva y muchas veces violenta.
  • Alta resistencia a cumplir las normas y reconocer los errores propios.
  • Habitualidad de la corrupción  diaria y silenciosa en todos los niveles.
  • Comportamiento impertinente, imprudente e irresponsable.
  • Aparentar lo que no se es.
  • Escasa priorización por la vida y la salud.
  • Faltos de referentes y modelos propios.
  • Superficialidad en las relaciones.
  • Desconfianza con los pares y con la autoridad.
  • Reclamar derechos, pero no asumir obligaciones.
  • Imagen de sí mismo disociada con la realidad.
  • Conducta con tendencia bipolar.
  • Utilizamos el humor como escape y la crítica descarnada para transmitir ideas.
  • Actitud machista y con escasa habilidad para el diálogo constructivo.
  • Habituados al ejercicio abusivo del poder y  al “chaqueteo” en todos los niveles
  • No querer que otro sobresalga.
  • A la rebeldía sin base y sentido.
  • Tendencia al abuso del alcohol.
  • A cumplir formalmente por temor y/o apariencia, pero no por conciencia.
  • A la irresponsabilidad por el auto cuidado, etc.

 
Estos y otros aspectos “negativos” de nuestra idiosincrasia chilena, con más o menos intensidad, se  aprecian desafortunadamente y en forma transversal, en muchos  compatriotas en el diario vivir. La forma de cómo se enfrenta la gestión de Prevención de Riesgos en las empresas y, por consiguiente, la prevención de los Accidentes del Trabajo, es sólo una proyección más de cómo enfrentamos en general  los desafíos cotidianos a resolver.


Por ello es que no resulta fácil generar  una Cultura Preventiva en las empresas (ni en ninguna organización), pese a los evidentes beneficios que esto conlleva para los empleadores, trabajadores y para la sociedad en su conjunto.
Evidentemente tenemos muchas virtudes que nos  han permitido crear la nación que somos, pero en este  artículo estamos destacando básicamente las dificultades con las que nos enfrentamos para avanzar  en una Cultura de Prevención de Riesgos.


Esta fuerte Cultura Poco Preventiva, lamentablemente mantiene todavía a la gestión de Prevención de Riesgos en la superficie, como una  actividad formal que se implementa por imposición, pero no por real conciencia.
Cuesta internalizar que la Prevención de Riegos es  inherente a cualquier actividad humana y que se inicia en la etapa de diseño de cualquier proyecto, pues es ahí donde nacen los desafíos y/o problemas futuros.
Sin duda existen empleadores y trabajadores en Chile que no están dentro de esta actitud generalizada y han sabido sobreponerse inteligentemente  ante estos aspectos “negativos” de nuestra idiosincrasia y de nuestra sociedad,  logrando con mucho esfuerzo, creatividad y disciplina incorporar seriamente sistemas de gestión e implementando una efectiva gestión de Prevención de Riesgos en sus empresas. Estas personas, que por ahora son escasas, son un ejemplo a seguir y afortunadamente están forjando intermitentemente un nuevo impulso, para que nazca una nueva Cultura Preventiva en Chile.

Nuestra idiosincrasia poco preventiva: De contingencia en contingencia.
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